¿Qué es un siniestro en seguros?

Consulta qué es un siniestro, los tipos más comunes y cómo gestionarlo. Aprende a reportar y resolver un siniestro con éxito.


La esencia de una póliza de seguro es compensar un hecho accidental que pueda ocurrir en el marco de lo pactado en el contrato de seguro, y de cuya compensación se deba hacer cargo la compañía aseguradora. Ello responde a la definición de siniestro en seguros. Lo que en derecho se explica como reponer al estado previo a la ocurrencia del siniestro.

Afrontar un siniestro cubierto, por lo tanto, es el principal leitmotiv de una póliza de seguro. Sin la posibilidad de ocurrencia de un siniestro, la existencia del contrato de seguro no tendría sentido.

Saber lo que es un siniestro, sus causas más comunes, la importancia de comunicarlo correctamente a la aseguradora, y conocer cómo se tramita son algunos de los aspectos que analizaremos en este artículo.

Definición de siniestro


¿Qué constituye un siniestro?


Un siniestro en seguros lo constituye todo aquel acto accidental, imprevisto e inesperado, que provoca daños sobre un bien o persona y que, en base al contrato del seguro, debe ser indemnizado o resarcido por la compañía aseguradora. En resumen, se trata de todo aquel hecho que está cubierto por las garantías de una póliza de seguro.

Tipos de siniestros en el seguro de responsabilidad civil


Los siniestros de responsabilidad civil pueden presentar una tipología tan amplia como las propias coberturas que abarcan. Sin embargo, a grandes rasgos los daños que pueden producir se circunscriben a tres ámbitos: daños materiales, daños personales y daños económicos.

Como ejemplo de daños materiales se podría dar el caso de una empresa que monte un andamio en una fachada para realizar una obra y, por un fallo en el montaje, este se venga abajo causando daños en varias viviendas.

Un siniestro de lesiones corporales podría ser el mismo caso pero que, además, caiga algún elemento del andamio sobre un transeúnte y le cause algún traumatismo corporal.

Y en cuanto a la tipología de daños económicos, un laboratorio de control de calidad podría cometer un error al analizar un producto que se pone en el mercado, dando su validez y, en caso de presentar algún defecto, tendría que asumir el coste de la retirada de ese producto del mercado al ser negligencia suya por no detectar el problema con ese producto antes de su lanzamiento.

Causas comunes de siniestros


Si bien la casuística en materia de siniestros es tan amplia como coberturas existen, se pueden agrupar algunas de las causas más comunes de siniestros en varios grupos:

  • Accidentes y lesiones. Todo lo relativo a aquello que cause daños corporales a una persona, ya sea en su vida privada, como ejerciendo una actividad profesional.
  • Daños a bienes. Los daños materiales son, sin duda, el principal grupo donde se acumula mayor número de siniestros, con una amplia gama de causas: incendio, robo, rotura accidental, fallo mecánico, etc. Un claro ejemplo lo representa la siniestralidad posible que se puede dar en una pyme.
  • Una tipología que no para de crecer es la relativa a las disputas legales de cualquier índole. Cada vez existe mayor concienciación de los derechos que tienen los ciudadanos o empresas, y se llevan las causas a los tribunales. Por ello muchas pólizas cuenta con defensa jurídica en caso de que el asegurado reciba una reclamación que esté cubierta bajo la póliza.
  • La mala praxis profesional, de cualquier actividad profesional, representa, sin duda, un importante germen de generación de siniestros. Debido a las reclamaciones que los profesionales reciben como consecuencia de un error o negligencia, se desencadenan consecuencias materiales, económicas o personales.

Cómo reportar un siniestro


A la hora de comunicar un siniestro a la compañía aseguradora, o al mediador, es importante cumplir correctamente, en la medida de lo posible, todos los pasos necesarios. En primer lugar, se ha de comunicar a la aseguradora el acontecimiento del siniestro en el momento en el que se tiene conocimiento de él, no teniendo que esperar a que exista reclamación ya que es posible dar un parte preventivo o ad cautelam, ya que un retraso puede generar indefensión tanto para la compañía como para el asegurado.

Se ha de aportar toda la documentación que se tenga del siniestro, desde la fecha, lugar y hora del acontecimiento, hasta la documentación gráfica (fotografías o videos) y documental (reclamaciones, facturas, contratos, etc.) que se posea. Todo ello constituye lo que llamamos una versión de los hechos detallada.

Precisamente, los principales errores que se cometen a la hora de comunicar un siniestro sería el no hacerlo, o hacerlo con retraso, el no aportar documentación o información completa o suficiente, e incluso el asumir ante el tercero, previamente a la comunicación a la compañía, la responsabilidad en el siniestro, lo cual genera indefensión y limita o elimina las posibilidades de defensa. En algunos casos el asegurado de buena fe se considera responsable, aunque cuando el siniestro es analizado por expertos se puede concluir que no lo es, o lo es, pero en un porcentaje mucho menor a lo que el asegurado creía.

El proceso de gestión de siniestros


El proceso de gestión de un siniestro por parte de la compañía aseguradora pasa por:

  • Una evaluación inicial en base a todos los datos aportados por el asegurado.
  • Investigación y valoración de los hechos, utilizando recursos como los peritos de seguros, documentación oficial que pudiera afectar, legislación, testigos, etc.
  • Liquidación del siniestro. Una vez analizado y evaluado el siniestro, en caso de ser indemnizable por parte de la aseguradora, se realizará una oferta económica o de restauración al perjudicado, el cual puede aceptarla o, en su caso, denegarla si no está conforme, y podrá recurrir a las estancias legales que le asistan.
  • En caso de rechazo del siniestro por la compañía, el perjudicado podrá, igualmente, acudir a los mecanismos que contempla la ley para recurrirlo.

Otras cuestiones


¿Qué hacer si mi siniestro es rechazado?


Si la compañía aseguradora, en base al contrato de seguro suscrito, considera que un siniestro declarado no tiene cobertura;

  • Si se trata de un seguro de daños propios, el asegurado puede recurrir al Defensor del Asegurado de la compañía exponiendo sus alegaciones; si no le da la razón, puedo dirigirse al departamento de Reclamaciones de a Dirección General de Seguros y Planes y Fondos de Pensiones, que emitirá un dictamen, no vinculante para la aseguradora. Si, aun así, no se encuentra satisfecho con la resolución, podrá acudir a los tribunales que corresponda.
  • Si el afectado es un tercero, este podrá alegar frente a la aseguradora y, si no encuentra respuesta que le convenza, podrá, igualmente, acudir a los tribunales contra la aseguradora y/o contra el asegurado que le haya causado el daño.

¿Cómo se determina la compensación por un siniestro?


Dependiendo del tipo de seguro del que se trate, la indemnización se puede establecer de distintas maneras. No obstante, como nexo común, y general, a la hora de fijar una compensación por un siniestro se tienen en cuenta:

  • El estado de los bienes en el momento anterior a la ocurrencia del siniestro. Según los bienes afectados se puede aplicar depreciación por el uso por el paso del tiempo. Es importante tener en cuenta en este punto que no se puede buscar una mejora tras la compensación de un siniestro, ya que esto se trataría de una ganancia, y lo que buscamos es volver a posicionar al perjudicado del siniestro en el mismo punto que antes de producirse el mismo.
  • Si son daños corporales, existen diversos baremos en los que ya se preestablece la indemnización. Es práctica general y se encuentra consagrado por el Tribunal Supremo el utilizar, aunque no se trate de un accidente de tráfico, el baremo de accidentes de automóviles como referencia. Aunque en España desde hace algunos años ya se está barajando la posibilidad de la creación de un nuevo baremo para responsabilidad civil sanitaria, sigue siendo un proyecto.
  • En el caso de siniestros de carácter económico, es más complejo su cálculo, y suele ser necesaria, en muchos casos, la intervención de peritos que consensuen una indemnización.

En cualquier caso, la figura del perito de seguros suele ser necesaria en cualquier tipo de siniestro, ya que aporta el punto de vista especializado dependiendo de la materia a tratar, e imparcial a la hora de evaluar una indemnización.