Gestoras de fondos: qué son y cómo funcionan

Conoce qué son las gestoras de fondos, cómo funcionan y sus beneficios para la gestión de inversiones empresariales.


En ocasiones, la posibilidad de llevar a cabo una inversión en ciertos activos por parte del pequeño ahorrador es una misión muy complicada. Por ello, surgieron las gestoras de fondos, instituciones que logran agrupar a pequeños inversores (aunque también pudiendo albergar a medianos e incluso grandes) para poder obtener un mayor rédito a sus ahorros en forma de inversión.

Se trata de empresas que son sometidas a rigurosos controles y requisitos por parte del regulador, habida cuenta de que manejan el capital de ciudadanos y empresas con el objetivo de que estos obtengan la máxima rentabilidad en sus inversiones.

Saber cuáles son sus principales funciones, los tipos de fondos que pueden gestionar, el beneficio de acudir a estas gestoras en lugar de aventurarnos a invertir por nuestra cuenta y cómo seleccionar la gestora de fondos que mejor se adapte a nuestras necesidades son aspectos que analizamos a continuación en este artículo.

¿Qué es una gestora de fondos?


Dicho de forma escueta, las gestoras de fondos son sociedades encargadas de gestionar el dinero de terceros en inversiones. En función de la situación de los mercados, toman las decisiones necesarias para que el capital de los inversores obtenga la máxima rentabilidad posible.

La gestora cuenta con profesionales de la inversión que se encargan de optimizar los posibles beneficios que obtengan sus clientes, siendo ese su principal valor añadido, basado en su conocimiento del mercado.

Las gestoras facturan a los inversores un porcentaje del patrimonio que acumulen, por lo que son las primeras interesadas en que las inversiones generen beneficios, ya que eso aumentará también sus ganancias.

Funciones principales de una gestora de fondos


Las principales funciones de una gestora de fondos podrían resumirse en:

  • Administrar y representar a los órganos de inversión colectiva.
  • Tomar las decisiones necesarias que afecten al dinero depositado por terceros.
  • Asesorar y motivar las colocaciones públicas y privadas.
  • Calcular el valor liquidativo de los fondos donde se invierte, es decir, el valor que tienen en un momento determinado las inversiones de los clientes.
  • Monitorizar el rendimiento de dichas inversiones.
  • Elaborar la información pública y obligatoria relativa al estado y trayectoria del fondo en cuestión.

Tipos de fondos gestionados


Los principales tipos de fondos con los que pueden trabajar las gestoras serían:

Fondos de renta variable


Son aquellos que invierten en activos cuya rentabilidad futura es incierta. Son, sobre todo, inversiones en acciones de compañías que cotizan en Bolsa. Aunque la rentabilidad que se obtiene es superior a la renta fija, cuenta con el componente de la incertidumbre, que puede provocar pérdidas en la inversión.

Fondos de renta fija


Los que invierten en valores con rentabilidad conocida. Sus inversiones se dirigen a instrumentos financieros de deuda como bonos, obligaciones, letras del tesoro, pagarés, etc. Se diferencian de los fondos de renta variable en que ofrecen intereses más estables y predecibles, siendo difícil la posibilidad de registrar pérdidas.

Fondos mixtos


Es una modalidad combinada entre fondos de renta variable y de renta fija. Son fondos con un perfil moderado (que proporciona la renta fija), pero con asunción de cierto riesgo por parte de la inversión en renta variable.

Fondos de inversión alternativa


También son conocidos como fondos de inversión libre o hedge funds. Sus inversiones se llevan a cabo en activos distintos de los habituales que puedan proporcionar los fondos de renta variable o de renta fija. Aun siendo muy amplio su abanico de posibilidades de inversión, algunos ejemplos serían las inversiones en parques eólicos, en activos inmobiliarios o infraestructuras en general. Se suelen dirigir al largo plazo y la rentabilidad que ofrecen es mayor que los productos tradicionales, al igual que el riesgo que asumen.

Beneficios de utilizar una gestora de fondos


El hecho de utilizar una gestora de fondos proporciona un gran número de beneficios al inversor. Principalmente es destacable el hecho de que nuestro dinero va a estar gestionado por profesionales. Salvo que el inversor sea un experto en la materia, la gestora cuenta con personal especializado en inversiones que facilita, sobre todo al pequeño inversor, la posibilidad de obtener la máxima rentabilidad a su dinero y diversificar el riesgo.

Como en la mayoría de los aspectos de la vida, siempre es mejor confiar en el conocimiento y experiencia de los profesionales a la hora de tomar decisiones que afecten a nuestro patrimonio, y las gestoras de fondos son un claro ejemplo de ello.

Estas gestoras, además, están muy reguladas normativamente y sometidas a ciertas obligaciones que deben cumplir, como ser transparentes en la información facilitada a los inversores, debiendo informar a estos periódicamente de la situación de sus inversiones.

Cómo elegir una gestora de fondos


La mejor manera de elegir el gestor de fondos adecuado es haciendo un análisis pormenorizado tanto de la estrategia, como de los gestores y profesionales que integran la gestora en cuestión. Podemos resumir algunos de los puntos más importantes a la hora de decantarnos por una u otra gestora en los siguientes:

  • La experiencia y la formación de los gestores. Aunque es un factor difícil de evaluar para cualquier persona ajena al sector, es importante documentarse en este sentido.
  • La rentabilidad histórica de los fondos gestionados. Información que es accesible de forma pública.
  • La estrategia de inversión que lleva a cabo la gestora. En este punto es también interesante conocer el comportamiento de los fondos gestionados durante periodos de recesión.
  • Las comisiones que cobran por la gestión de nuestro patrimonio.