¿Qué es el principio DNSH? Clave en las inversiones sostenibles

Conoce qué es el principio DNSH, su marco regulatorio en la UE y su rol clave en las inversiones sostenibles del plan de recuperación y resiliencia.


El principio DNSH (de las siglas en inglés Do No Significant Harm), o principio de no causar perjuicio significativo al medio ambiente, en castellano, es un requisito que deben cumplir las actividades económicas que quieran ser consideradas sostenibles. Tiene su origen en el Reglamento de Taxonomía de la UE del año 2020 (Reglamento (UE) 2020/852) y se incluye, desde entonces, en numerosas normativas europeas.

Sirve para garantizar que cualquier actividad, proyecto o inversión no cause un daño significativo al medio ambiente, alineándose con los objetivos de sostenibilidad y transición ecológica europeos. Su propósito principal es asegurar que, en el proceso de desarrollo económico y ejecución de políticas, no se comprometan aspectos clave como el clima, los recursos naturales, la biodiversidad o la salud ambiental.

En este artículo analizamos su marco normativo, cómo se aplica, las obligaciones medioambientales que genera y la importancia que tiene en la agenda verde de la Unión Europea.

Marco normativo: ¿de dónde proviene el marco normativo del principio DNSH?


El principio DNSH se consolidó como parte de los esfuerzos de la UE para abordar la crisis climática y avanzar hacia una economía más sostenible. Surgió en el Reglamento de Taxonomía de la UE (Reglamento (UE) 2020/852), concretamente en su artículo 17. El mismo establece un sistema de clasificación que permite fijar qué actividades económicas pueden considerarse sostenibles desde un punto de vista ambiental.

DNSH forma parte de los criterios fundamentales de este reglamento, que obliga a las actividades clasificadas como sostenibles a no causar daño significativo a ninguno de los seis objetivos ambientales establecidos por la UE, que analizamos más adelante.

Este marco normativo promueve la integración de criterios ambientales en el proceso de toma de decisiones, buscando asegurar que las inversiones en diferentes sectores de la economía no solo impulsen el crecimiento, sino que lo hagan de manera sostenible.

El DNSH en el marco del Mecanismo de Recuperación y Resiliencia


Este principio DNSH forma parte obligatoria del Mecanismo de Recuperación y Resiliencia (MRR), un instrumento acordado por la UE tras la pandemia y que, entre otras cosas, gestiona los fondos Next Generation, En concreto, se establece que los proyectos financiados por el MRR deben cumplir con el principio DNSH para garantizar que no perjudiquen los objetivos ambientales.

Así mismo, el principio DNSH se viene integrando paulatinamente en las nuevas normativas y directivas europeas para garantizar que las inversiones y políticas públicas no afecten negativamente al medio ambiente.

¿Cómo se aplica el principio DNSH?


El principal objetivo del principio DNSH es que las actividades financiadas no causen un perjuicio significativo al medio ambiente y contribuya a los objetivos climáticos y de sostenibilidad fijados por la Unión Europea. En España, el proceso establecido por el Ministerio de Transición Ecológica requiere dos pasos:

  • Evaluación previa: Todos los proyectos financiados deben pasar por una evaluación para verificar que cumplen con el principio DNS. Esta evaluación incluye un análisis detallado de los posibles impactos ambientales del proyecto.
  • Declaración de conformidad: Los responsables de los proyectos deben emitir una declaración que confirme el cumplimiento del principio DNSH, así mismo, dicha declaración, deberá ir acompañada de una memoria técnica específica justificativa de su cumplimiento.

Obligaciones medioambientales bajo el principio DNSH según el Ministerio de Transición Ecológica


El Ministerio para la Transición Ecológica establece una serie de obligaciones medioambientales que deben cumplir los proyectos financiados por los fondos europeos, como el Next Generation, y por otras iniciativas de la UE.

Estas obligaciones, que coinciden con los seis objetivos medioambientales establecidos por la UE son:

1. Mitigación del cambio climático


Se trata de evitar proyectos que aumenten significativamente las emisiones de gases de efecto invernadero, de promover el uso de energías renovables y la eficiencia energética y de no financiar nuevas infraestructuras para combustibles fósiles, como gas natural, salvo en casos muy justificados, y promover alternativas más limpias.

2. Adaptación al cambio climático


Se ha de garantizar la resiliencia climática de los proyectos. Estos deben tener en cuenta los riesgos climáticos actuales y futuros. También se han de evitar actividades que incrementen la vulnerabilidad al cambio climático.

3. Uso sostenible y protección de los recursos hídricos y marinos


Se han de proteger las masas de agua de los ríos, lagos, acuíferos y áreas marinas. Esto implica evitar cualquier impacto negativo sobre la calidad o cantidad de agua disponible. También, evitar la sobreexplotación de los recursos hídricos y prevenir la contaminación de aguas subterráneas o superficiales y favorecer el uso eficiente del agua, así como promover tecnologías que minimicen su consumo en proyectos productivos.

4. Transición hacia una economía circular


Impulsar la prevención, reutilización y reciclaje de residuos, evitar proyectos que favorezcan el uso único de productos o que dificulten la implementación de la economía circular y reducir el uso de materiales no renovables y promover la sostenibilidad en los materiales utilizados. Especialmente se debe mantener dicho objetivo cuando:

  1. Dicha actividad genere importantes ineficiencias en el uso de materiales o en el uso directo o indirecto de recursos naturales.
  2. La actividad dé lugar a un aumento significativo de la generación, incineración o eliminación de residuos, excepto la incineración de residuos peligrosos no reciclables.
  3. La eliminación de residuos a largo plazo pueda causar un perjuicio significativo y a largo plazo para el medio ambiente.

5. Prevención y control de la contaminación


Se trata de evitar la contaminación del aire, agua y suelo. Los proyectos no deben causar emisiones nocivas ni vertidos contaminantes que perjudiquen el entorno. También, de cumplir con las normativas sobre calidad del aire y limitar el uso de sustancias químicas peligrosas que puedan tener efectos nocivos sobre el medioambiente o la salud humana.

6. Protección y restauración de la biodiversidad y los ecosistemas


Busca proteger los ecosistemas vulnerables, no afectar de manera negativa a áreas protegidas como parques naturales, reservas o zonas de especial conservación y promover proyectos que restauren ecosistemas degradados y favorezcan la biodiversidad.

Conclusiones: la importancia del principio DNSH en la agenda verde de la UE


El principio DNSH es clave en la agenda verde de la Unión Europea (UE), promoviendo una transición hacia una economía sostenible y resiliente. Su aplicación garantiza que las actividades económicas no obstaculicen los grandes objetivos ambientales establecidos por la UE.

Este principio es esencial para asegurar que los fondos europeos, como los Next Generation, financien solo proyectos que no perjudiquen al medio ambiente. Cada inversión debe evitar impactos negativos como el aumento de emisiones de gases de efecto invernadero, la destrucción de ecosistemas o la sobreexplotación de recursos.

Este enfoque impulsa un crecimiento económico alineado con los compromisos climáticos de la UE y promueve una recuperación económica verde, creando empleos sostenibles y favoreciendo la innovación en tecnologías limpias. Así, el DNSH se convierte en una herramienta crucial para lograr los objetivos de neutralidad climática de la UE para 2050 establecidos en la agenda verde.